París y los surrealistas aborda el surrealismo desde el
interior del movimiento mismo. Con una mirada global, analiza los
principales temas que preocuparon a sus artistas y subraya la vigencia y
modernidad del movimiento.
La ciudad de París tiene un factor aglutinador: las más de 370 obras que
integran la exposición fueron inspiradas, creadas, expuestas o
coleccionadas en la capital francesa. Para los surrealistas París fue
una ciudad amada como un ser humano, un bosque de prodigios, un
privilegiado paraje del deseo.SURREALISMO
Un recorrido iniciático
Una pléyade de artistas, escritores, directores de cine, activistas y revolucionarios se reunieron en París tras la I Guerra Mundial. Atraídos por la Ciudad de la Luz, capital del arte desde el siglo XIX , propugnaron una auténtica revolución, no sólo en el terreno de las imágenes, sino también en el de las ideas. La concentración de artistas que se dio en esa ciudad en torno al Surrealismo nos parece hoy inimaginable y, sin embargo, este fenómeno de encuentros apasionados, no exentos de grandes tensiones afectivas y políticas, dio frutos espectaculares entre 1919 y 1966. París se convirtió, en palabras de Guy Debord, en el «taller del futuro»; de hecho, numerosas obras surrealistas han resultado ser el germen de un sinfín de producciones artísticas posteriores.
En el año 2002, dos grandes exposiciones tuvieron lugar en Europa en torno al Surrealismo. «Surrealism. Desire Unbound», en la Tate Modern, exploraba el rol del amor y las complicidades afectivas en el desarrollo del movimiento; y «La Révolution surréaliste», en el Centro Georges Pompidou, mostraba la importancia del Surrealismo con una gran abundancia de obras maestras. Si la primera constituía un enfoque específico, la segunda destacaba por la cantidad y la calidad de las piezas presentadas. Posteriormente, los estudios sobre ese movimiento se han ampliado de forma considerable desde el ámbito universitario, al tiempo que se ha abierto un debate crítico tras la publicación del libro de Jean Clair «Du Surréalisme» (París, 2003), que pone en cuestión la radicalidad del movimiento.
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